Schleswig, Alemania, 1967.
La obra de Anke Blaue surge del material, y es el material el que tiene que comunicarnos lo que buscamos, proponiéndonos una relación directa, sin obstáculos, sin incluso la leve insinuación de su firma. Nos ofrece un especial recorrido sobre lino antiguo, en una serie de piezas en formatos variados tendentes casi siempre al desarrollo rectangular, a menudo limitado por leves intersecciones lineales provocadas por la textura del soporte o por las mismas gradaciones cromáticas. Un trabajo de gran delicadeza técnica, donde la expresión mínima de un solo color y sus leves matices lumínicos, deriva en la idea de abstracción como expresión universal del todo, una revelación pura del arte.